TALLER

¡EVANGELIZADOS Y EVANGELIZADORES!

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

   Amén. 

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO

Evangelio según San Mateo (28, 1-20):

1 Pasado el día de reposo,[a] al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. 2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. 5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. 8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, 9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: !!Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán. El informe de la guardia 11 Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. 12 Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, 13 diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. 14 Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. 15 Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.  16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén

EVANGELIZADOS

Y EVANGELIZADORES

Llevamos un amplio recorrido por la evangelización, pero creo que nos queda algo muy importante, ya que sin ello nuestra evangelización quedaría incompleta. Y esto tan relevante –que quizá englobe todo lo que venimos trabajando- consiste en evangelizar en el seno de la Iglesia.   

 

Se bien que, de entrada, parece que suena raro eso de “Evangelizar en el seno de la Iglesia” Pues ¿acaso no es la Iglesia la que ha de evangelizarnos a nosotros? Sin embargo cuando hablamos de evangelizar en el seno de la Iglesia, estamos hablando de hacer una profundización mayor en la Fe y dar un mayor énfasis al evangelio; misión que, aunque parezca compete de una manera especial a los sacerdotes y clero en general, ninguno quedamos excluidos de ello.

 

Pero hay algo, realmente importante y que no podemos perder de vista. En la evangelización no puede haber trabajadores autónomos que vayan “por libre”; todos trabajamos juntos, todos para la misma empresa y todos obedeciendo las directrices que esa gran empresa nos va marcando.  De ahí, la necesidad de estar atentos, a tantas maneras atrayentes de mostrar a Dios -como se nos ofrecen de una manera o de otra- sin tener en cuenta y distorsionando los criterios de la iglesia y queriéndonos hacer ver que eso es lo correcto. Necesitamos tener clara la enseñanza, la doctrina y el magisterio de la iglesia, para que el Pueblo de Dios no se convierta en un mercado de la oferta y la demanda.

 

Porque la evangelización desde la Fe, no ha de ser otra cosa, que la misión encomendada por Jesucristo a su Iglesia y que sigue vigente a través de los siglos para cualquier situación social, sea cual sea el lugar en el que se desarrolle. A nosotros solamente nos compete trasmitirla, desde el mandato de Jesús, que nos dice:

 

“Id y haced discípulos míos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todo lo que yo he mandado. Y, he aquí que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”  (Mateo 28, 19 – 20)

ORACIÓN DE NUEVA EVANGELIZACIÓN

Ven Señor Jesús, necesito tu salvación.

Me reconozco pecador ante ti y me arrepiento.

 

Te abro la puerta de mi corazón y de mi vida.

Te acepto personalmente como mi Salvador.

 

Concédeme experimentar tu Amor, tu Salvación, tu Liberación:

Dame tu vida en abundancia, límpiame, purifícame, libérame, renuévame.

 

Entra en mi corazón y en mi vida y llénala de Ti.

Haz de mi lo que quieres que sea.

 

Espíritu Santo, cámbiame el corazón

y hazme experimentar un nuevo nacimiento

para una vida nueva.

 

María mi buena madre,

que como Jesús reciba yo vida de tu seno maternal.

Amen.

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